Lisa
La perra a la que casi todos decidieron renunciar, excepto una mujer maravillosa llamada Sandra, que optĆ³ por no aceptar su condena, sino luchar por su vida.
Hace nueve meses, Lisa, por su esposo, fue entregada a otra organizaciĆ³n que sufrĆa de un peso extremadamente bajo y un problema neurolĆ³gico. DespuĆ©s de un examen exhaustivo en el hospital veterinario, resultĆ³ que aparentemente Lisa habĆa tenido un accidente automovilĆstico. Tiene dos vĆ©rtebras rotas en el cuello que la incapacitaron y, combinado con el problema neurolĆ³gico, tiene dificultad para caminar, comer y funcionar.
Sandra decidiĆ³ llevar a Lisa a un hogar de acogida y durante medio aƱo la alimentĆ³ 3 veces al dĆa con la palma de su mano; resulta que solo entonces Lisa acepta comer, lo llamĆ³ un apetito selectivo.
Gracias a su maravillosa dedicaciĆ³n, Lisa ganĆ³ 5 kg.
Pero luego Lisa fue transferida a una pensiĆ³n donde nuevamente perdiĆ³ mucho peso. Esta vez, la delgadez era tan extrema que llegĆ³ a un punto en el que le costaba ponerse de pie.
A la luz de las imĆ”genes difĆciles, nuestro deseo de ayudar solo se intensificĆ³. DespuĆ©s de examinar el expediente mĆ©dico de Lisa, decidimos que no nos unirĆamos a nadie que lo abandonara.
Al borde de la desesperaciĆ³n y con mucho dolor, Sandra vino a nosotros, cargando a Lisa en sus brazos para un examen mĆ©dico en la clĆnica de la asociaciĆ³n. Nos pidiĆ³ que luchĆ”ramos contra ella y hiciĆ©ramos todo lo posible para ayudarla.
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